Muchos desconocemos que el sentido del tacto desempeña un papel fundamental en el desarrollo físico y mental de los bebés. Diversas investigaciones y estudios comprueban que las caricias y el contacto piel a piel permite a los niños recibir información del medio y establecer gran cantidad de conexiones neuronales, es por ello que este sentido se convierte en el primer instrumento de la estimulación temprana y la principal fuente para el establecimiento de vínculos afectivos y el equilibrio emocional.
El sentido del tacto es uno de los primeros en desarrollarse, aproximadamente a la séptima semana antes de nacer, la piel del bebé empieza a experimentar sensaciones táctiles, éstas son producidas cuando por ejemplo, la madre camina y produce un movimiento que acaricia la piel del bebé y le permite sentirse tranquilo.
Para entender mejor la importancia del sentido del tacto debemos saber que la piel posee receptores que se congregan en partes muy sensibles de nuestro como la yema de los dedos, las palmas de las manos, de los pies, la zona alrededor de los labios y la columna vertebral. Los niños obtienen gran cantidad de información a través del tacto, más aún para poder desarrollarse física y emocionalmente, los bebés necesitan del contacto cálido del cuerpo materno, la estimulación táctil comienza desde que el niño nace, cuando lo cargamos y acariciamos.
“Los niños que no han gozado de un adecuado contacto, mantienen durante toda su vida una excesiva necesidad de contacto corporal, son inseguros, desarrollan una tendencia exagerada a agarrarse de los objetos y a las personas y tienen un fuerte temor a carecer de apoyo. “
Finalmente el contacto corporal posibilita la creación de vínculos profundos, así, los mensajes de bebés y niños favorecen un encuentro intimo que paulatinamente va creando un lenguaje corporal compartido; una instancia de intercambio y comunicación.
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